Como fábrica de bolsas de plástico en el centro de Madrid queremos dedicar esta nueva entrada a repasar los tipos aptos para la conservación de alimentos. Se trata de que el recipiente mantenga intactas las propiedades, que resista a agentes contaminantes y que minimice el impacto ambiental. Ha de ser además práctico, ergonómico y liviano.


Los envases de plástico son los más demandados debido a su eficiencia. Conservan y mantienen los alimentos perecederos durante más tiempo y permiten una identificación y etiquetado claros. Nos ofrecen estas grandes ventajas que comentábamos antes como ligereza, versatilidad y facilidad de impresión. En Insaplas, S.A. distribuimos bolsas para hostelería seguras e higiénicas. Han de evitar que se extiendan los gérmenes durante la fabricación, la distribución y la venta al consumidor final.


A día de hoy, son muchas las variedades de resinas plásticas que se usan para la fabricación de bolsas. Las más frecuentes son el polietileno y sus variedades (PET, PEAD, PEBD), poliestireno, polipropileno y poliácido láctico (PLA). El PET es un polímero termoplástico lineal con una alta resistencia al desgaste y a la corrosión. El poliestireno está muy presente en el campo del embalaje alimentario por su alta capacidad de protección y aislamiento térmico. Como fábrica de bolsas de plástico en el centro de Madrid te aseguramos que garantiza la máxima garantía de higiene. Por su parte, el polipropileno destaca su relación calidad-precio y por proteger al contenido estupendamente contra la humedad. Terminamos con el PLA, el poliácido láctico. Se obtiene a partir del almidón de maíz, yuca o caña de azúcar. Es biodegradable.